*escribiendo una nota*...

- ¿Por qué no?- Pregunté alzando una ceja.
No entendí muy bien el objetivo de aquello, pero aún así preferí guardármelo y seguir escuchando todo lo que tenía para decirme.

- Jo... - La animé a seguir alzando las cejas y mirándola con esos ojos que habían perdido el brillo y tan profundos como para ahogarse en ese mar de color carmín. - Gracias - Una pequeña sonrisita cómplice se formó en mis labios.

- Johan - Repetí - Me gusta - Dije con una sonrisa a pesar de que el nudo en mi garganta me impidiera seguir tan "Feliz" -o así quisiera decirle-
Asentí con la cabeza. ¿Algo bueno? Al menos hay buenas noticias.

- ¿Uh? ¿En verdad? - Sonreí ampliamente como no lo había hecho hacía bastante tiempo - ¡Eso es...! - Hice una pequeña pausa, aclarándome la garganta y volviendo a exclamar: - Eso es magnífico - Murmuré dirigiendo mis ojos hacia la pequeña.

- Si tu lo dices... - Suspiré; //más cosas que preguntar //- Solo quiero ver... Donde está el sol. - Dije como si hubiera hecho muchísimos años de haberlo visto por última vez.

- Si no quisiera hacerlo, ya no estaría aquí - Musité ladeando la cabeza - Aunque una criatura intente empezar otra "vida", o a lo que le llames así, jamás podría hacerlo, los recuerdos y hechos de ésta otra permanecerán para siempre. ¿Pero qué tal si esa misma criatura es inmortal? ¿Qué opinas? ¿Alguien olvidaría la otra vida que él intenta dejar atrás? - Pregunté casualmente.

Caminé escaleras abajo sintiendo los pasos de Linda detrás mío.
- Oye, L..Lin. ¿Celeste o Rojo? - Pregunté con el mismo tono indiferente como el que había usado antes.

- Perfecto - Murmuré relamiéndome los labios y sonriendo inconscientemente. - En realidad, también tengo cosas para decir, pero creo que irán apareciendo por sí solas. - Dije mientras tocaba con la punta de los dedos el picaporte de la gran puerta de cristal.

Abrí la puerta dejándola pasar, y luego cerrándola detrás de mí.
- Qué día tan bonito - Murmuré entrecerrando los ojos a causa del sol.